• Blog
  • Fraude Alimentario en material de empaque

Fraude Alimentario en material de empaque

La definición que utiliza la FSSC con respecto al Fraude alimentario es la siguiente:

Fraude alimentario es el término colectivo que abarca la sustitución intencional, adición, manipulación o tergiversación relacionadas con alimentos/alimento para animales, ingredientes o empaques de alimentos/alimento para animales, etiquetado, información de productos o declaraciones falsas o engañosas sobre un producto para obtener beneficios económicos que podrían afectar la salud del consumidor.

Las actividades fraudulentas han ganado protagonismo en la industria alimentaria, muchas veces por fines económicos para aumentar el valor aparente de un producto y/o reducir costos productivos. Por ello, es necesario implementar planes de mitigación de fraude.

El fraude alimentario contempla un amplio rango de actos intencionados que suponen una infracción, los cuales pueden suceder en cualquier etapa del proceso de fabricación o producción de un alimento. Algunos de ellos pueden ser:

  • Dilución: Mezclar ingredientes de más valor con otros de menos valor.
  • Sustitución: Reemplazar un ingrediente o parte de un producto.
  • Etiquetado indebido: Declaraciones falsas en la etiqueta o en el empaque.
  • Falsificación: Productos comercializados (unos por otros), o falsas declaraciones respecto del origen de sus ingredientes.
  • Encubrimiento: Ocultar un ingrediente en la receta de un producto.
  • Prácticas no autorizadas: Agregar un material no declarado a un alimento para variar sus atributos.
  • Imitaciones: Copiar el nombre, estilo y/o modelo de una marca. El concepto de empaque, receta o métodos de procesos.
  • Mercado negro: Venta de producto no declarado y/o robado.

¿Podrían los envases para alimentos generar problemas de fraude alimentario?

La respuesta es: Sí. Se espera que los materiales de envasado sean evaluados en cuanto a su riesgo/vulnerabilidad. Se debe recordar que el envase muchas veces forma parte del producto que está siendo comercializado, por lo que puede generar expectativas en el consumidor en algunas circunstancias. Se debe invertir concentración, en aquellos descriptores que aportan valor agregado al envase y evaluar qué vulnerabilidad existe a que dichas promesas no sean reales.

La integridad del envase o recipiente que debe contener el producto final, es esencial mantener las condiciones óptimas y necesarias para garantizar y asegurar el producto tal como se ha establecido e informado al consumidor. Se conocen acciones fraudulentas de autenticidad o calidad de los envases con el objetivo de abaratar costos o para obtener directamente un beneficio económico. Un envase que no cumpla explícitamente su función, y que por tanto no preserva el alimento en condiciones óptimas fijadas o detalladas del producto, puede conducir a consecuencias a gran escala. Hay que asegurar los materiales y comportamiento de los envases de forma continua y sobre todo en los casos que se haga un cambio de envase o se quiera innovar en la conservación del producto.

Ejemplos:

  1. Etiquetas o envases de cartón que tengan logos relativos a sustentabilidad de bosques (Por ejemplo certificación FSC). El contar con el logo es un atributo más para el producto, por lo que la evaluación de riesgo debe considerar el riesgo respecto a la autenticidad del logo.
  2. La condición de envase biodegradable que se declare como descriptor de manera impresa. La empresa debería evaluar el riesgo respecto a la autenticidad de esta declaración.
  3. El tipo de plástico: En el caso de envases rígidos, éste se identifica generalmente en la parte inferior del envase (con un número del 1 al 7), que se relaciona con los materiales de composición. Podría haber riesgo de sustitución.
  4. La aptitud del envase para ser usado en microondas, cuando se declara esta condición. Podría haber riesgo de sustitución / adulteración, que en el peor de los casos generarían contaminaciones por migración si se utilizan materiales con este potencial.
  5. El etiquetado incorrecto es el proceso de colocar afirmaciones falsas en el empaque para obtener un beneficio económico.

Medidas de mitigación

  • Definir procedimientos / Implementar:
  • Gestión de proveedores, comercializadores, intermediarios, transportes, depósitos (conocer su historia), especificaciones de materias primas: conocer los materiales y riesgos (historia, factores económicos, orígenes geográficos, el estado físico, problemas emergentes), registros de certificados de origen, registros sanitarios, trazabilidad, controles de proceso, planes de capacitación, seguimiento de alertas alimentarias, denuncias de robos, productos no conformes, devoluciones.
  • Mantener una estricta ética corporativa.
  • Fomentar la cultura de inocuidad.

Oferta de análisis

Como partners de Grupo Eurofins en Latinoamérica contamos con la capacidad analítica de ofrecer análisis en material de empaque, así como también en diferentes productos alimentarios. Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. para más consultas.

Referencias

ISO 22000. Contra el Fraude Alimentario”. Recuperado en: https://www.grupoacms.com/noticias/normas-iso-22000-contra-el-fraude-alimentario- 
Posición de GFSI para mitigar el riesgo de salud pública de fraude alimentario (disponible en inglés): https://mygfsi.com/wp-content/uploads/2019/09/Food-Fraud-GFSI-TechnicalDocument-SP.pdf 
PWC, (2017), Food Fraud Vulnerability Assessment. Recuperado de https://ffv.pwc.com/vsat/#/ Sansawat, S., & Terry, J. (2011). Revisión de los estándares de gestión de inocuidad alimentaria y de diseño y fabricación de envases para alimentos. SGS.

Eurofins, Fraude Alimentario, Inocuidad Alimentaria, Material de Empaque, Control de Calidad

  • Creado el
Autor: Ana Laura Barrantes